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Uno de los procedimientos estéticos más populares son, sin duda, los rellenos dérmicos. La mayoría de los rellenos comúnmente utilizados en el mercado se basan en ácido hialurónico, una sustancia que se encuentra naturalmente en nuestro cuerpo. Esta sustancia se reticula mediante métodos químicos especiales para aumentar su densidad y se prepara en una forma que realza el volumen.
Estos rellenos ofrecen una solución altamente efectiva, práctica y económica, especialmente cuando se usan en áreas del rostro que requieren volumen. Sin embargo, como con cualquier aplicación estética, es importante poder responder correctamente a las preguntas de "cuánto" y "dónde".
Para quienes se aplican rellenos por primera vez:
La mayor preocupación de las personas que nunca antes se han puesto rellenos es la posibilidad de que su rostro parezca poco natural. Sin embargo, este miedo suele ser innecesario. Cuando se aplican en la cantidad correcta y con la técnica adecuada, los rellenos no crean una apariencia artificial notable en el rostro. Por el contrario, contribuyen a una apariencia más saludable y dinámica al proporcionar un ligero efecto de modelado y rejuvenecimiento.
Para quienes están acostumbrados a los rellenos:
Como los rellenos producen resultados efectivos, algunos pacientes pueden desarrollar una tendencia a tratar de resolver cada problema estético con rellenos con el tiempo. Aquí es donde se necesita precaución. Porque cada detalle anatómico de nuestro rostro tiene un significado. Por ejemplo, el surco nasolabial (el surco entre la nariz y los labios) es en realidad una línea natural que se encuentra incluso en los niños. A medida que envejecemos, esta línea puede profundizarse, y suavizarla con una pequeña cantidad de relleno puede crear un efecto rejuvenecedor en el rostro. Sin embargo, intentar eliminar por completo esta línea puede dar como resultado una apariencia antinatural, incluso artificial y sin vida.
Los límites de los rellenos y la responsabilidad del cirujano:
Una de las responsabilidades importantes de un cirujano plástico es determinar hasta qué punto se puede corregir la queja del paciente con rellenos, evaluar cuándo es necesaria la cirugía y guiar al paciente en consecuencia. Esto se debe a que algunas condiciones solo se pueden corregir con cirugía. Aunque hay pacientes que no quieren cirugía, no es el enfoque correcto que un médico diga "sí" a cada solicitud.
Si el relleno ha excedido sus límites, el deber del médico es declarar claramente lo siguiente: "Cualquier aplicación realizada después de este punto no te hará más bella, sino que te hará perder tu belleza natural".
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Los tratamientos de relleno producen excelentes resultados cuando se realizan en los pacientes adecuados, con una planificación adecuada y conciencia de las limitaciones. Sin embargo, como todo, deben usarse con moderación y aplicarse adecuadamente. No se debe olvidar que la esencia de la belleza es la naturalidad.