Durante su formación, un cirujano plástico adquiere conocimientos y experiencia en un espectro muy amplio, desde la cirugía de quemaduras hasta la cirugía de la mano, desde la microcirugía hasta la corrección de anomalías congénitas, y desde la cirugía de tumores hasta todas las cirugías estéticas. Sin embargo, no es del todo posible dominar un campo tan amplio de una sola vez. Por esta razón, después de su residencia, los cirujanos plásticos suelen especializarse aún más centrándose en un subcampo como la cirugía estética, la cirugía reconstructiva o la microcirugía.

Mi elección fue centrarme en la cirugía estética. Sin embargo, no creo que sea necesario limitarse a un solo tipo de cirugía dentro de este campo. Un cirujano plástico que trabaja de manera sistemática, con disciplina y en un número suficiente de casos puede alcanzar un nivel muy alto de experiencia en un procedimiento estético con menos de mil casos.

Hasta la fecha, he realizado cerca de diez mil cirugías estéticas. El nivel de maestría que he alcanzado, no solo a través de los números sino a través de una planificación cuidadosa, una ejecución meticulosa y procesos de seguimiento rigurosamente gestionados, me ha llevado a un punto profesional y concienzudamente satisfactorio. Por supuesto, no hay fin para el aprendizaje y la maestría. Nuevas técnicas, diferentes enfoques, detalles que deben reconsiderarse para cada paciente... Todo esto es emocionante y valioso para mí. A través de la disciplina, la diligencia, la perseverancia y el amor por el trabajo, es posible mejorar cada día.